TIPOS DE CITAS TEXTUALES.

Ejemplo:
Las evaluaciones de artículos han conformado un auténtico
género oculto que paulatinamente las nuevas políticas editoriales de
transparencia y visibilidad, de algunas revistas, están sacando a la luz pública. Algunas de las razones las expone Sánchez (2009, p.89) en la siguiente
reflexión: La denominada evaluación ciega (una metáfora no muy
afortunada en la cual autores y evaluadores no se conocen ni establecen
comunicación directa, traducida del inglés: blinded peer review) irá
perdiendo fundamento en la medida en que el proceso de evaluación sea
abierto (open review); es decir, esté explícitamente orientado por
criterios de interacción académica, de ética profesional (tanto para
realizar la evaluación como para no llevarla a cabo), adecuado perfil
profesional de los evaluadores, capacitación a evaluadores y fundamentada
en instrumentos válidos, confiables y de público acceso (guías
de autores, políticas editoriales y guías de evaluación). Esta cita en bloque habría que cerrarla con algún análisis, interpretación o contextualización.
2. Citas integradas (CI): son citas textuales (directas)
cortas que no interrumpen el texto. Van entrecomillas y hacen parte de la
sintaxis del texto (están articuladas al discurso).
Ejemplo:
La aproximación retórica juega un papel importante en la
evaluación de la escritura y posterior divulgación académica. Para Charles
Bazerman, quien ha indagado sobre la escritura del artículo científico, “la
retórica es fundamentalmente un estudio práctico que ofrece a las
personas gran control sobre su actividad simbólica”. (1988, p.6).
3. Citas de parafraseo (CP): denominadas también como
semiintegradas, son citas de enunciados cortos mediante los cuales se atribuyen ideas y conceptos a otros investigadores. Estas
citas no van entrecomillas y hacen parte de la sintaxis del texto (están articuladas al discurso).
Ejemplo:
Según Venegas (2005, en línea), el artículo publicado en
revistas es un producto variable y complejo, que es el resultado de
versiones previas, las cuales se construyen mediante la interacción del autor con
los asesores, los coautores, los colegas, los evaluadores y los editores.
4. Citas de apoyo (CA): también se denominan citas no
integradas. En estricto sentido no se trata de citas, sino de referencias a
otros autores con el fin de apoyar una idea o dar a entender que
quien escribe conoce el estado de su disciplina.
Ejemplo:
En relación con la producción textual y la utilización del
lenguaje en contextos como el científico, hay una serie de trabajos
desde perspectivas sociolingüísticas, retóricas, enseñanza de la redacción
académica, análisis del discurso académico y aproximaciones lingüístico
textuales, entre las que se destacan los aportes de Bazerman (1988, 2008); Beaugrande
y Dressler (1997); Calsamiglia y Tusón (1999); Cassany (1997, 1999,
2006); Ciapuscio, G., (1998,
2002); Day (2005); Eggins y Martin (2000); Gallardo (2006); García Izquierdo (2007) y García Negroni (2008).
5. Citas de expansión (CE): es una variante de la cita de
apoyo. Mediante estas citas el autor le indica al lector que existe
información adicional para ser consultada. Generalmente se utiliza el
término véase, consúltese…
Ejemplo:
Con respecto a la interacción académica que la evaluación de
artículos genera y las posibilidades de investigación en esta área,
véanse los aportes de Bolívar (2005); Venegas (2005) y Campanario (2002).
6. Cita de cita (CC): las citas de citas se deben emplear
con moderación (fuentes secundarias), lo ideal es consultar la fuente
original. Sin embargo, cuando las utilice, indique en el texto el nombre del
trabajo original, y en la lista de referencias incluya los datos de la fuente
secundaria.
Por ejemplo:
Si el trabajo de Ong se cita en el de
Calsamiglia y Tusón, y no leyó el trabajo del primero, agregue la referencia de
Calsamiglia y Tusón en la lista de referencias, y en el texto utilice la siguiente
cita: “Platón consideraba la escritura como una tecnología externa
y ajena, lo mismo que muchas personas hoy en día piensan de la
computadora. Puesto que en la actualidad ya hemos interiorizado la escritura de
manera tan profunda y hecho de ella una parte tan importante de
nosotros mismos […] nos parece difícil considerarla una tecnología, como por lo
regular hacemos con la imprenta y la computadora”. (Ong, 1984, p. 84, como se citó en Calsamiglia & Tusón, 2008, p. 16)
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