
- La redacción se efectúa en tercera persona, es decir, que
debe eliminarse la utilización de las expresiones yo, nosotros, vosotros,
nuestro, etc.
- Debe crear un esquema 1 mental o escrito de los elementos y orden en que presentarán
las ideas.
- Los temas o sub temas que representan el inicio de una
estructura progresiva de información debe ir acompañada de una introducción
corta, que permita involucrar e interesar al lector.
- Debe evitarse el uso constante de una misma palabra, ya sea,
en un párrafo o en un grupo de estos. Aplica también para los adverbios,
adjetivos etc.
- Suprimir el uso excesivo de palabras técnicas o rebuscadas
que limiten la comprensión de lo que se escribe.
- No deben utilizarse palabras de un lenguaje vulgar,
corriente o soez
- Aplicar en todo
momento el uso apropiado de sinónimos con el propósito de agregar creatividad y
dinamismo al informe.
- Utilizar el parafraseo para suprimir la repetición de
palabras, ideas, frases u oraciones que conlleven o expresen lo mismo.
- Cuando se este plasmando una idea no la cambie hasta que se
concluya, a fin de evitar cortes que producen incertidumbre sobre lo que se
quiso expresar y que además, restan elegancia y seguimiento de la redacción.
Toda redacción, no importa el tema o extensión, debe ser un
todo armónico; con una lógica comprensible; con un orden, pulcritud y sentido,
para ello es necesario tener en cuenta las pautas siguientes:
- Pensar bien el tema propuesto. Si ni se maneja o no se
conoce a fondo la temática que desea tratar, es importante referirse a ella
cabalmente. Se aconseja documentarse sobre el tema propuesto, para de ese modo
adueñarse de su contenido.
- Trazar un plan o guión. Un plan bien organizado es la base
de una buena ejecución. Nos evita contrasentidos, repetición de ideas, falta de
lógica, incoherencias, etc. Un plan previo nos permite tratar cada cosa a su
debido momento; ayuda a situar los hechos, trabar la acción y llegar al
desenlace de un modo natural y armónico. Este esquema de trabajo evita tener
que retocar, añadir, acortar o trasladar frases o conceptos, que no estarían en
su lugar si antes no lo hubiéramos ordenado.
- Escriba con sencillez y naturalidad. Evite ampulosidad o
grandilocuencia; generalmente son impropias en una redacción simple y sencilla.
Valery daba este consejo: “Entre dos palabras debe escogerse la menor”. O sea,
la menos ambiciosa, la menos estridente, la más modesta. Aunque escriba sobre
un tema complejo, refiérase a él de un modo sencillo; tenga en cuenta que su
finalidad es comunicar su pensamiento y no hacer gala de erudición.
- Escriba con claridad. La claridad es fundamental en un texto
escrito. Toda frase mal construida es, inevitablemente, oscura e
incomprensible. La claridad de ésta reside fundamentalmente en la gramática.
Por eso, tenga en cuenta las concordancias, la correlación de tiempo, el empelo
adecuado de las proposiciones, etc. No escriba párrafos muy largos; éstos, si
no están bien escritos, dan la impresión de pesadez y de escasa agilidad. Su
construcción requiere cierta destreza. Emplee párrafos cortos, puntos y aparta,
frases breves.
- Utilice las palabras con precisión. Debe evitar el uso de
barbarismos o vulgarismos de mal gusto, que son sinónimos de pobreza de
vocabulario. No utilice voces o palabras de significación muy amplia y ambigua
(como la palabra “cosa”), que por su misma amplitud no apunta a nada
específico. Prefiera siempre la palabra concreta, que designe objetos y seres,
a la palabra abstracta. Si, para los efectos de redacción, se ve en la
necesidad de recurrir al uso de sinónimos, procure escoger el más adecuado.
- Use correctamente los signos de puntuación. Los puntos, las
comas, los signos de interrogación o de admiración, deben estar bien colocados;
caso contrario, modifican radicalmente el sentido de la frase, y dificultan la
comprensión de la misma.
- Realice primero un borrador. Nadie, excepto una persona con
mucho oficio, es capaz de hacer un escrito perfecto en el primer intento.
Siempre existe alguna dificultad: puede que un giro quede mal construido, o que
el adjetivo usado no sea el más adecuado, o que una idea secundaria haya
quedado inconclusa, etc. Haga siempre un borrador y sométalo a un exhaustivo
trabajo de pulimento. Revise cuidadosamente la forma y el contenido.
- Profundice su lectura y conocimiento del idioma. Lea mucho,
sobre todo a grandes escritores; fíjese en su prosa, analice su modo de
expresarse, su arte de componer la narración, una escena o un retrato, la
construcción del diálogo; ellos son y serán siempre el mejor procedimiento para
aprender a redactar. También debe existir un progresivo conocimiento del idioma
y un mayor dominio del vocabulario.
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